Una práctica silenciosa, dolorosa y recurrente, llamada violencia obstétrica.

Haciendo un análisis por los datos recabados por el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática INEGI, en su Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares ENDIREH, que tiene como principal objetivo generar información sobre las experiencias de violencia que han enfrentado las mujeres de 15 años u más, desde violencia física, emocional, sexual, económica, o patrimonial, en la relación de pareja, en los ámbitos escolar, laboral, comunitario, familiar. Todo esto como herramienta, para estimar la extensión y gravedad de la violencia contra las mujeres. Con la finalidad de apoyar en el diseño y seguimiento de políticas públicas orientadas a entender y erradicar la violencia contra las mujeres por razones de género.

Encontramos que en nuestro país, se practicaron alrededor de 2 millones de partos cada año, cifra que fue una constante desde el año 2010 y hasta el 2016. Ya en el año 2020 se tiene un dato aproximado que el 25 por ciento de las mujeres embarazadas, en parto o puerperio fueron víctimas de alguna forma de violencia obstétrica en las instituciones de salud.

Pero, ¿Qué es la violencia obstétrica? y ¿Cuáles son sus métodos de comisión?

Aunque no se menciona de forma literal la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará) si se hace referencia, en su artículo 1º indicando que la violencia contra la mujer es “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público, como en el privado”. Además, en el artículo 9º señala que “se considerará a la mujer que es objeto de violencia cuando está embarazada” (OEA, 1994), aunque pronto fue necesaria precisar el término, para esto se usó la definición consagrada en el artículo 15º inciso 13 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de Venezuela, que fue la primera en definir esta modalidad de violencia. Esta ley define violencia obstétrica como:

“La apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por el personal, que se expresa en un trato deshumanizado, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres”.

La violencia obstétrica incluye gritos, ofensas, amenazas, omisiones y castigos, así como la realización de procedimientos autoritarios para imponer un método anticonceptivo a las mujeres o para realizar una cesárea, a los cuales se ha llamado “atención no autorizada”, apuntan los doctores Roberto Castro y Sonia M. Frías, del Centro Regional Investigaciones Multidisciplinarias CRIM, UNAM, autores de Violencia obstétrica en México: resultados de la ENDIREH 2016.

Aunque las leyes mexicanas se han ido actualizando, esto conforme a las recomendaciones,  el Comité de la CEDAW (Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer por sus siglas en inglés) al examinar al Estado mexicano en su 9º informe periódico de cumplimiento de este acuerdo 32 internacional, recomendó que “armonice las leyes federales y estatales para calificar la violencia obstétrica como una forma de violencia institucional y por razón de género, de conformidad con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y garantice el acceso efectivo a la justicia y a medidas integrales de reparación a todas las mujeres víctimas de la violencia obstétrica” (Naciones Unidas, 2018). Además, en el artículo 46º de esta Ley, se establece que la Secretaría de Salud deberá “asegurar que en la prestación de los servicios del sector salud sean respetados los derechos humanos de las mujeres”.

El Instituto Nacional de Salud Pública, con datos del INEGI, dio a conocer que el 33.4 por ciento de mujeres entre 15 y 49 años manifestaron haber sufrido algún tipo de violencia obstétrica, entre violencia, maltrato, atención no autorizada, como cesáreas, esterilización u otro método anticonceptivo forzado, y de estás el 30.5 por ciento se concentró en la capital de la República, seguida por el Estado de México con el 25 por ciento.

De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2011 y 2016, respecto a la atención obstétrica recibida por las mujeres de entre 15 y 49 años de edad que tuvieron un parto durante el periodo comprendido entre octubre de 2011 a octubre de 2016:

• 33.4 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un nacimiento de una hija o hijo entre 2011 y 2016 reportó incidentes de maltrato en la atención obstétrica;

• A 11.2 gritaron o regañaron durante la labor de parto o cesárea;         

-Déjate revisar porque si no te dejas revisar, no vamos a saber cómo está el bebé- “Posterior a eso dilaté 4 cm, comencé a sangrar debido a su forma de revisar tan brusca, el dolor era intenso, me abrían las piernas a fuerza y solo me quedaba llorar”.  ANONIMA, VÍCTIMA DEL HOSPITAL DE TLAHUAC.

“Es usted una vieja terca, entienda que no ha dilatado lo suficiente” ANONIMA, VICTIMA DEL HOSPITAL DE LOS VENADOS.

• A 10.3 tardaron mucho en atender porque les dijeron que estaban gritando o quejándose mucho;

• A 9.9 fueron ignoradas cuando preguntaban cosas sobre su parto o bebé;

• A 9.2 las presionaron para que aceptaran les pusieran un dispositivo u operaron para ya no tener hijos;

• Entre las mujeres que tuvieron cesárea, a 10.3 por ciento no les informaron de manera clara y comprensible por qué era necesario practicarles dicha intervención quirúrgica, en tanto que 9.7 no dio el permiso o autorización para que les realizaran una cesárea.

Hallazgos con base en la ENDIREH de 2016, en relación a expresiones o eventos sufridos que suponen violencia obstétrica al momento del parto entre mexicanas.

“Sí abrió la patas y lo disfruto tanto ¿ahora por qué grita?, cállese y abra las patas”   ANONIMA, VICTIMA DEL HOSPITAL DE TLAHUAC.

Esto no solo es un llamado a la sociedad, a los legisladores, a las autoridades responsables de perseguir y castigar las malas prácticas, es un llamado a los profesionales de la salud. No olvidando el “Juramento Hipocrático” también conocido como “Declaración de Ginebra” que fue adoptada por la Asociación Médica Mundial AMM en 1948 y ha sido revisada y enmendada en diferentes ocasiones (1968, 1983, 1994, 2005, 2006 y 2017). Es citado el texto aprobado en octubre de 2017, en Chicago.

“COMO MIEMBRO DE LA PROFESIÓN MÉDICA, PROMETO SOLEMNEMENTE:

DEDICAR mi vida al servicio de la humanidad;

VELAR ante todo por la salud y el bienestar de mis pacientes;

RESPETAR la autonomía y la dignidad de mis pacientes;

VELAR con el máximo respeto por la vida humana;

NO PERMITIR que consideraciones de edad, enfermedad o incapacidad, credo, origen étnico, sexo, nacionalidad, afiliación política, raza, orientación sexual, clase social o cualquier otro factor se interpongan entre mis deberes y mis pacientes;

GUARDAR Y RESPETAR los secretos que se me hayan confiado, incluso después del fallecimiento de mis pacientes;

EJERCER mi profesión con conciencia y dignidad, conforme a la buena práctica médica;

PROMOVER el honor y las nobles tradiciones de la profesión médica;

OTORGAR a mis maestros, colegas y estudiantes el respeto y la gratitud que merecen;

COMPARTIR mis conocimientos médicos en beneficio del paciente y del avance de la salud;

CUIDAR de mi propia salud, bienestar y capacidades para prestar una atención médica del más alto nivel;

NO EMPLEAR mis conocimientos médicos para violar los derechos humanos y las libertades ciudadanas, ni siquiera bajo amenaza;

HAGO ESTA PROMESA solemne y libremente, empeñando mi palabra de honor.”

Escribieron: Angel Tapia Mosqueda & David Vazquez Sanchez

Recuerda, que el 8 de marzo de 2022 presentamos ante el pleno del Congreso de la Ciudad de México nuestra iniciativa que tipifica como delito la Violencia Obstétrica y que actualiza el tipo penal de la Esterilidad Provocada, tu apoyo es importante para que se apruebe pronto.

¿Tú o tus familiares han sido víctimas?

Levanta la voz y exige justicia, NOSOTROS TE APOYAMOS.

Comunícate con nosotros vía telefónica al (55) 5669 2088, vía WhatsApp a nuestra línea directa de atención al 55 2732 1196, vía correo electrónico a contacto@lexpro.mx o envía mensaje directo en nuestra pagina de facebook @fundacionlexpromx , no olvides indicar tus datos de contacto y una descripción detallada de lo ocurrido, recuerda:

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