Las Víctimas del Holocausto y su impacto en la Declaración de los Derechos Humanos

En vísperas del homenaje que rinde la UNESCO a las víctimas del holocausto, vale la pena mencionar que existe el cálculo de que alrededor de 6 millones de personas fueron víctimas de este periodo y que tan solo 1.1 millones de personas murieron en Auschwitz-Birkenau, Polonia. El mayor campo de exterminio del que se tenga registro en la historia de la humanidad, aunque el número exacto es algo que difícilmente podamos calcular y mucho menos imaginar. Las cámaras de gas y los hornos crematorios llegaron a matar hasta 5.000 personas por día. Además de los experimentos realizados por los médicos nazis, donde el ser humano era rebajado a un simple objeto sin valor, despojándolo de su dignidad y esas mínimas prerrogativas que tiene por el simple hecho de ser “ser humano”.

El horror causado del holocausto nazi por la masacre jugó un papel fundamental en la creación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para que nunca más un ser humano tuviera que vivir tratos inhumanos.

Durante todo este episodio oscuro en la historia de la humanidad encontramos la vulneración de todos y cada uno de los derechos humanos, por parte de los nazis y su llamada búsqueda de la raza aria, la raza perfecta según su doctrina. Como ejemplo encontramos la violación al derecho a la vida, pues los nazis consideraban que los judíos eran el mayor peligro para Alemania, fueron las principales víctimas del exterminio nazi, pero también hubo otras víctimas, como los romaníes mejor conocidos como “gitanos” y las personas con discapacidades mentales o físicas. Los nazis asesinaron a unos 200.000 romaníes. También asesinaron a por lo menos 250.000 pacientes con discapacidades físicas o mentales, que eran principalmente alemanes y vivían en instituciones.

Como lo describe de Eric Frattini en su obra “Los científicos de Hitler”, la deportación de personas de origen judío a los diversos campos de concentración para que ahí trabajaran hasta el cansancio extremo, probando material para el ejército nazi. Y llegando al punto más cruel e inhumano: la experimentación liderados por “El Ángel de la Muerte” como era apodado Josef Mengele, quien fue el más sádico y cruel de todos los científicos nazis, a veces como si estuviera jugando a ser Dios, sellaba el destino de los prisioneros que llegaban a Auschwitz. Mientras unos eran enviados al campo de trabajos forzados, otros eran arrojados a las cámaras de gas y algunos otros eran destinados a la experimentación. Todas las víctimas eran coercionadas a participar y nunca hubo un consentimiento informado. Y debido a que con tales experimentos buscaban resultados absurdos, los experimentos resultaron en la muerte, desfiguración o discapacidad permanente, y por lo tanto son considerados como ejemplos de tortura médica.

Las mujeres además de las torturas, eran incluidas en la denominada “Joy Division”, de esta forma se referían a las que eran explotadas sexualmente. En lo anterior encontramos la vulneración del derecho a la libertad, a no ser expuesto a tratos crueles inhumanos o degradantes, a no ser arbitrariamente detenido, preso.

El 27 de enero de 1945, los soldados rusos del frente ucranio reciben la orden de avanzar. Llevan días intentando proseguir su camino hacia Alemania, pero una dura resistencia les retiene a las afuera de Auschwitz. Por el enorme campo de Auschwitz-Birkenau deambulaban 2.819 supervivientes, moribundos que no habían podido ser arrastrados por los guardias de las SS a una enloquecida huida para eliminar las pruebas del horror. Esta marcha de la muerte se cobraría la vida de un cuarto de los 60.000 prisioneros evacuados.

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Para los aliados occidentales, la Segunda Guerra Mundial terminó oficialmente en Europa al día siguiente, el 8 de mayo, mientras que las fuerzas soviéticas anunciaron su “día de la victoria” el 9 de mayo de 1945.

Tras el Holocausto, muchos de los sobrevivientes encontraron refugio en los campos para personas desplazadas administrados por las fuerzas aliadas. Entre 1948 y 1951, casi 700.000 judíos emigraron a Israel, incluidos 136.000 judíos desplazados de Europa. Otros judíos desplazados emigraron a los Estados Unidos y a otros países. El último campo para judíos desplazados se cerró en 1957. Un ejemplo es Zygmunt Bauman sociólogo de origen judío que se refugió en Estados Unidos.

Los delitos cometidos durante el Holocausto devastaron a la mayoría de las comunidades judías de Europa y eliminaron por completo a cientos de comunidades judías de la Europa Oriental ocupada.

El 25 de abril de 1945 se celebró la conferencia de San Francisco (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional). Además de los gobiernos, fueron invitadas organizaciones no gubernamentales. El 26 de junio las cincuenta naciones representadas en la conferencia firmaron la Carta de las Naciones Unidas. Polonia, que no había estado representada en la conferencia, añadió su nombre más tarde entre los signatarios fundadores, para un total de 51 Estados.

La ONU comenzó su existencia después de la ratificación de la Carta por la República de China, Francia, la Unión Soviética, el Reino Unido y los Estados Unidos y la gran mayoría de los otros 46 miembros.

En 1948 se proclama la Declaración Universal de los Derechos Humanos, uno de los logros más destacados de la ONU, que empodera al ser humano, exigiendo a los Estados el reconocimiento de estos, y vigilar su cumplimiento.
En ese mismo año se establecen las bases para crear la Convención de Naciones Unidas Sobre la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio, utilizando como fundamento la definición creada por el jurista polaco de origen judío Raphael Lemkin y misma que fue incluida en el artículo segundo de dicha convención que a letra menciona: “En la presente Convención, se entiende por genocidio cualquiera de los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, como tal:   

a) Matanza de miembros del grupo;

b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo;

c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial;

d) Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo;

e) Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

A pesar de existir este convenio, y que una de las principales obligaciones que surgen de la Convención, era evitar el genocidio, sigue siendo un desafío al que las naciones y los individuos todavía enfrentan. Tal es el caso del genocidio camboyano, el cual se desarrolló entre 1975 y 1979 por los jemeres rojos y su líder Pol Pot, quien impuso una política de uniformidad étnica y llevo al asesinato de 2 millones de personas con origen vietnamita, chino, musulmán entre otros. Así como el traslado forzado de personas a campos agrícolas, que además de separar a familias enteras, el trabajo forzado y la mal nutrición provocaron la muerte de miles de personas por enfermedades, agotamiento y malnutrición. Otro caso es el genocidio de los Tutsis, un grupo étnico establecido en el territorio de Ruanda, que en 1994 fue víctima de sus vecinos los Hutus, otro grupo étnico mayoría en la región que, en solo 3 meses asesinó a 1 millón de Tutsis sin importar edad, o género, erradicándolos casi por completo, esto sin reacción por parte de los países occidentales, aunque su líder Akayesu fue llevado ante un Tribunal Criminal Internacional para Ruanda y por primera vez la violación se consideró un componente del genocidio. Situación similar se vivió en Europa Central con la caída del régimen Comunista y el Muro de Berlín, pues los conflictos interétnicos entre croatas, serbios y bosnios llevo a diversos conflictos, siendo la más conocida la denominada ‘masacre de Srebrenica’ en la que fueron asesinados 8 mil musulmanes en campos de concentración, como parte de un plan para eliminar a las etnias minoritarias. Aunque es importante mencionar que entre 1992 y 1994 se llevaron a cabo numerosos crímenes contra la humanidad, pero el Tribunal de la Haya solo calificó como genocidio la masacre de Srebrenica. El caso más reciente se trata del genocidio Yazidí, el cual se ha desarrollado desde 2014 hasta la actualidad, por parte de la organización terrorista Estados Islámico o Daesh que invadió su territorio histórico, asesinando a los hombres, violando a las mujeres y raptando a los niños, enrolándolos en sus unidades militares para que renieguen de su identidad.

Y aunque han pasado más de 70 años, Auschwitz siempre serán la muestra viviente de hasta dónde puede llegar la maldad del ser humano si se empodera a personajes nefastos o que provoca el fanatismo hacia alguna doctrina extremista. A pesar de los múltiples esfuerzos por evitar que las personas sean víctimas de discriminación por su origen étnico o sus costumbres, aun hoy día hay casos de genocidio.

Escribieron: Angel Tapia Mosqueda & David Vazquez Sanchez

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